Gracias a la revista Resonancia por permitirme publicar, y en especial a Rubén López Rodrigué por sus palabras.
IV
Tal vez no encontraste palabras para expresar lo que sentías O solo decidiste callar Pero está bien No te culpes Tu no sabías que había gente ruin y depravada, capaz de devastar vidas, mancillando con veneno la pureza de una sonrisa divertida Cómo podrían imaginarlos tus inocentes ojos negros, de encantadora mirada Cómo podías saberlo
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